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¿Por qué no debo decir "sobrep*so" ni "ob*sidad?



Siempre he creído que las palabras que usamos importan mucho. Las palabras que usamos construyen el mundo como lo conocemos y nos guían al tomar decisiones y juzgar lo que está a nuestro alrededor. Yo me acuerdo que mientras crecía, nunca tuve una palabra para describir a mi cuerpo. Pasé por todas; chonchita, rellenita, gordita, con "sobrep*so"... Igual sentía que ninguna encajaba al cien por ciento.


Cuando empecé a adentrarme en el mundo de la aceptación y liberación corporal, me llamó la atención que las personas usaban las palabras "ob*sidad" y "sobrep*so" así como yo lo hago ahora, entre comillas y con asteriscos que no permiten leer bien la palabra. Aunque al principio no lo entendía (y, la verdad, hasta me parecía ridículo), una vez que lo entendí, no pude dejar de hacerlo. Este blog es para explicarte por qué lo hago, por qué creo que deberías hacer lo mismo y qué palabras te propongo para sustituir esas.


 

¿De dónde vienen las palabras "sobrepso" y "obsidad"?

Muchas veces, creemos que usar las palabras "sobrep*so" y "ob*sidad" son formas más "educadas" o "políticamente correctas" de llamar a una persona gorda, cuando, en realidad, es todo lo contrario.


Si ya leíste mi blog sobre la historia del IMC, sabes que no es una medida útil, correcta ni adecuada para determinar cuál es el peso saludable de una persona (si no me crees, ve a leerlo). En realidad, por muchos años, el IMC ha sido la forma en la que hemos determinado cuál es un peso bajo y cuál es un peso alto; es decir, eso es contra lo que comparamos a todas las personas.


Cuando usamos la palabra "sobrep*so", estamos asumiendo que esa persona está "sobre un peso saludable" o que tiene "más peso del que debería", pero sabemos que eso no es correcto. En realidad, no hay forma de saber cuál sería el peso más saludable para una persona, porque eso varía con cada quién. Usar el término "sobrep*so" es como si usáramos términos como "sobrepigmentación" (refiriéndonos a personas morenas o negras) o "sobrealtura" (refiriéndonos a personas de mayor talla). No lo hacemos, ¿cierto? Por eso, usar el término "sobrep*so" no es correcto, aunque nuestra intención sea "no ofender".


Por otro lado, hablemos de la palabra "ob*sidad", que también utilizamos muchas veces para evitar ser políticamente incorrectos. De hecho, ese término es más políticamente incorrecto que cualquier otro (¿te acuerdas de lo racista que es el IMC?) y, como platico en mi entrada sobre ese tema, el IMC es la medida primordial que utilizamos para determinar si alguien cae en esa categoría ("ob*sidad"). Ni tengo que repetir por qué esto es incorrecto, ¿cierto? Lo que está diciendo esta palabra es que tener un cuerpo grande es igual a estar enfermx en todos los casos.


Además, el origen etimológico de la palabra "ob*sidad" es la palabra obesus, en latín. Esta palabra es una mezcla de obesitas, que significa robustx, gordx o regordetx, la palabra ēsus, que es el pasado participio de edere (comer), y el prefijo ob (de más). Si combinamos todos estos hallazgos, la palabra "ob*sx" significaría quien comió de más y se volvió gordx.


Sumado al estigma médico que ya sufrimos las personas gordas, esto está diciendo que tenemos este tamaño de cuerpo porque comimos "de más". De hecho, he recibido mensajes en mis redes sociales diciendo justo esto: solo se trata de comer menos y tendrías un cuerpo delgado (si esta persona hubiera leído mi blog sobre por qué las dietas no funcionan, diría otra cosa). Habiendo entendido esto, podemos decir que usar el término "ob*so" no es correcto.


¿Por qué usar comillas y asteriscos?

Muchas personas, como te conté antes, creen que es ridículo que yo escriba las palabras así y, la verdad, no me importa. Al final este es mi espacio y yo escribo como me dé la gana (como con lenguaje inclusivo, por ejemplo). Además de eso, como te dije al principio, creo que las palabras que usamos construyen nuestra realidad y, ahora que conoces el significado real de las palabras "sobrep*so" y "ob*sidad", te imaginarás que no son ideas que quiero seguir perpetuando.


Por otro lado, esas son dos palabras que todo mundo conoce, porque nuestros sistemas de salud (y la cultura de las dietas y la delgadez) se han encargado de socializarlos muy bien, a tal grado que creemos que es algo respetuoso utilizarlos. Por eso, sé que en mi trabajo es imposible no utilizarlas, porque dan contexto. Muchas veces, tenemos que hablar de la "guerra contra la ob*sidad" (que será tema para otro día) o de lo ridículo que es que exista un "sobrep*so". No puedo dejar de usarlas de forma educativa y contextual.


He decidido, así como otras activistas. primero que nada, ponerlas entre comillas. Esto es para dar a entender que es un término que se utiliza, pero que no comulgo con él (por todo lo que te he explicado antes). Así le llama la gente a los cuerpos grandes, pero yo no. Además de eso, esas palabras me han herido personalmente y han herido a mi comunidad. Y no, no me refiero a que han herido mis sentimientos (aunque sí, y eso también es importante) sino que, como te platiqué en este blog, han evitado que mis médicxs se concentren en mis síntomas reales, han hecho que sea "válido" no ofrecer ropa de mi talla y han permitido que el estigma de peso y la gordofobia pasen desapercibidos (porque todo está "basado en ciencia").


A partir de eso, comencé a usar asteriscos por tres razones:

  1. Los términos "ob*sidad" y "sobrep*so" se han utilizado para herirnos tanto que creo que podrían considerarse ofensivos. Para mí, un insulto absoluto a mi historia personal. Así como se censuran las malas palabras, creo que estos términos deberían censurarse.

  2. Estas palabras pueden ser detonadores de recuerdos de trauma para las personas de mi comunidad (y para mí lo fueron mucho tiempo también). No quiero que sean palabras que puedan leerse completas.

  3. Hay personas que dedican sus días a buscar estos términos en redes sociales para "evangelizarnos" o "regresarnos al camino correcto" (¡ya sé! ¡qué flojera ser ellxs!). Si yo uso las palabras completas en redes sociales, me vuelvo un objetivo fácil para que mis redes se llenen de comentarios gordofóbicos y quiero proteger a mi comunidad (como dije en el punto dos, puede ser grave para muchas personas).


¿Qué palabras puedo usar en lugar de esas?

Si eres de las personas a las que les importa utilizar lenguaje inclusivo y respetuoso (me imagino que sí, porque estás leyendo esto), gracias. Me he encontrado en el camino con muchas personas que están interesadas en escuchar sobre esto y aprender, y creo que eso es valiosísimo. Para dejar de utilizar estos términos, te tengo tres propuestas distintas.


1. Ninguna.

Me he dado cuenta de que a veces tenemos la necesidad de usar alguna palabra para describir los cuerpos, pero no es necesario. Tal vez podríamos dejar de hablar de los cuerpos y no sería necesario tener una palabra para describirlos. Por ejemplo, me di cuenta de que yo tenía la necesidad de "presentar" a ciertas personas en mi vida como; "¿te acuerdas de mi prima la lesbiana?" o "estaba platicando con mi amiga con discapacidad". Eso no es necesario y me tardé mucho en entenderlo. Es irrelevante que digas "¿ubicas a Ana Pau la gorda?", si puedes usar otras formas para describirme (puedes decir que soy la que siempre tiene galletas en su casa o la psicóloga, por ejemplo).


2. Cuerpo grande o talla grande.

Estos son los términos que siempre sugiero, porque me parecen los más "amables", sobre todo para alguien que no es activista (porque no por tener un cuerpo grande eres activista... a veces solo tienes un cuerpo grande y ya, de hecho la mayoría de veces es así). Al decir que alguien tiene un cuerpo grande o usa tallas grandes no estamos mintiendo, pero tampoco estamos diciendo que tiene "un cuerpo más grande de lo que debería" o que "usa tallas extra" (que ese tema de las tallas "extra" también es para otro día). Es simplemente un descriptor que no tiene una carga moral ni un juicio.


3. Gordx.

La palabra "gordx" ha sido un insulto por años (y, de hecho, mucha gente lo sigue usando así), porque ser gordx se ha relacionado con falta de "fuerza de voluntad", por desinterés por la propia salud, con asquerosidad y fealdad. Parte del activismo que hago ha implicado resignificar esa palabra y poder nombrarme "gorda", sin juicio. Un poco como en el caso anterior, en realidad la palabra "gordx" no es, por sí misma, un juicio. Es cuando le agregamos lo que la cultura nos ha enseñado sobre las personas gordas que esta palabra se vuelve un insulto.


Con este último término hay que tener una consideración especial, sobre todo si tú, leyéndome, eres una persona delgada. Como te dije antes, no todas las personas gordas son activistas, ni están en el proceso de resignificar esta palabra, y no te toca a ti decidir si deberían o no hacerlo. Puede ser que, si usas esta palabra siendo delgadx, la gente a tu alrededor sienta que es una ofensa. Por otro lado, si una persona se describe a sí misma como "gordx", tienes el camino abierto para usarla también. Depende mucho del contexto (y, de nuevo, vuelve a leer mi primera propuesta... tal vez no necesites usarla por un tiempo).


 

Espero que esta entrada de blog te haya ayudado a comprender un poco de mi postura en cuanto a la terminología que, de nuevo, me parece muy importante. Igualmente quiero recordarte que puede ser que no todxs lxs activistas piensen igual que yo, y eso está bien. Esto sigue en construcción (y creo que eso es lo más emocionante).


Te espero en mi Instagram para que me platiques qué opinas sobre este tema. Me encantaría saber de qué otras formas has notado que el lenguaje es importante en el proceso a sanar tu relación con tu cuerpo, con la comida y con el movimiento. Además, allá puedes encontrar mucho contenido que, estoy segura, te va a servir muchísimo en este proceso...


Escrito por Ana Pau Molina.



 

Bibliografía:

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